viernes, 6 de junio de 2014

EFIMERO 

Que efímera fue esa noche y tan largo su recuerdo, parece un accidente diría yo, una casualidad del destino, sus arpegios chocaron con mis acordes, aquel júbilo entre pentagramas y voces. Sin preámbulos, sin introducción, sin ser bienvenidos, fue su poesía o quizá su pintura, su fotografía, qué sé yo, tal vez su escultura, pero su piel incitaba una revolución de caricias, una manifestación de susurros, una tregua sin palabras y la victoria de sus labios sobre los míos.

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